Los Fundamentos

Considerando la hipótesis delineada en el capítulo anterior, se vuelve evidente que surge un marco de pensamiento que nos permite crear una representación coherente de los posibles orígenes de la vida en la Tierra. La estética proporcionada por esta representación forma la base de la gran narrativa que presentamos. Esta narrativa representa cómo la vida consciente en el planeta Tierra se explica mejor como otro eslabón en una cadena interestelar de civilizaciones planetarias. Esta idea puede ser vista como un renacimiento del concepto de pluralismo cósmico, que postula que la inmensidad del espacio hace que sea muy probable que la vida consciente sea abundante y que esta abundancia haga posible que la vida consciente exista en estrecha proximidad a la Tierra durante mucho tiempo.

Con los avances continuos en los viajes espaciales y la ingeniería genética, se está volviendo cada vez más evidente que estas tecnologías pronto nos permitirán convertirnos en una civilización espacial con la capacidad de propagar la vida en otros mundos. A medida que avanzamos en el siglo XXI, estas ideas han trascendido el ámbito de la fantasía o la ciencia ficción y se están volviendo cada vez más plausibles y fundamentadas en la realidad.

Reconocemos que algunos críticos pueden acusarnos de seleccionar hechos o tergiversar conclusiones especulativas. Sin embargo, nos esforzamos por mantener la honestidad y transparencia en nuestra presentación de los fundamentos de la narrativa. Sostenemos que la imagen emergente será evidente por sí misma una vez que se realice completamente.

Ilustración 1 - Estructura monolítica cubierta de nieve
Ilustración 1 - Estructura monolítica cubierta de nieve

Los cuatro pilares

Con ese fin, consideremos 4 aspectos mediante los cuales vamos a establecer el fundamento de la gran narrativa. Estos cuatro aspectos se pueden resumir de la siguiente manera:

  • Pluralismo cósmico: Esta idea propone que la inmensidad del espacio contiene una plétora de mundos, cada uno lleno de vida inteligente. La vastedad del cosmos y los innumerables cuerpos celestes que abarca sugieren que la probabilidad de encontrarse con otras civilizaciones es mucho mayor de lo que se asumía anteriormente.
  • La Tradición: Basándose en el primer aspecto, la conciencia del estatus de la Tierra como uno de los muchos mundos habitados ha persistido a lo largo de la historia. Esta conciencia, junto con la sabiduría ancestral que abarca un amplio espectro de conocimientos científicos, tecnológicos e históricos, se ha preservado a través de una Tradición abarcadora. Esta Tradición sirve como un puente entre el pasado y el presente, recordándonos nuestras conexiones cósmicas y obligaciones.
  • La Verdad: La Verdad engloba la idea de que la realidad de nuestros orígenes no solo ha sido preservada por los esfuerzos terrenales conocidos como la Tradición, sino también por la presencia continua e interacción de los Dioses Antiguos, los Padres Celestiales, los Viajeros Espaciales y aquellos que vinieron de los Cielos. Estos seres celestiales no han desaparecido simplemente en los anales de la historia; en cambio, han participado de manera proactiva y guiado nuestro progreso desde nuestra creación sintética durante el proyecto de creación descrito en el Génesis bíblico.
  • El Ciclo: El Ciclo postula que la vida inteligente asegura su preservación en todo el espacio interestelar al diseminar vida en nuevos frentes planetarios. Esta procreación interestelar está, en cierto sentido, codificada dentro de nosotros y el ciclo se perpetúa de acuerdo con el movimiento secular de la Precesión. A medida que entramos en la Era de Acuario, somos testigos del despertar de conocimientos que se habían perdido u oscurecido en eras anteriores.

Al explorar más a fondo estos cuatro pilares, esperamos proporcionar un argumento completo y convincente para la gran narrativa que proponemos, permitiendo a los lectores contemplar la verdadera extensión de nuestro patrimonio cósmico y el futuro potencial de la humanidad como una civilización espacial.

Pluralismo cósmico

El pluralismo cósmico es el primer aspecto fundamental de la hipótesis de Wheel of Heaven, centrado en la idea de que la inmensidad del espacio alberga una multitud de mundos, cada uno de ellos con vida inteligente. Este concepto sugiere que nuestro planeta es solo uno entre innumerables que albergan civilizaciones avanzadas, destacando la increíble diversidad y el potencial de vida en todo el cosmos.

Esta noción de pluralismo cósmico desafía la idea de que la Tierra es única en su capacidad para sostener vida inteligente. En cambio, postula que el universo rebosa de una amplia variedad de formas de vida y civilizaciones, cada una con sus propias historias, tecnologías y culturas. Al reconocer la existencia de estos mundos diversos, podemos comenzar a apreciar la interconexión de la vida a una escala cósmica y reconocer el potencial de colaboración y aprendizaje entre diferentes especies y civilizaciones.

El pluralismo cósmico también subraya la importancia de la exploración continua de la humanidad en el universo, ya que implica que nuestra búsqueda de conocimiento y comprensión no se limita a nuestro planeta natal. Al aventurarnos más allá de la Tierra, tenemos la oportunidad de descubrir nuevos mundos, encontrarnos con otras formas de vida inteligente y obtener conocimientos que pueden mejorar nuestra propia civilización.

La Tradición

La Tradición representa la duradera conciencia de que la Tierra es solo uno de los muchos mundos habitados en el cosmos. A lo largo de la historia, este reconocimiento de nuestro lugar en el universo se ha preservado y transmitido de generación en generación. La Tradición abarca no solo la comprensión de la vida extraterrestre, sino también la sabiduría ancestral en diversos campos del conocimiento científico, tecnológico e histórico.

Esta Tradición integral ha servido como medio para salvaguardar y perpetuar la conciencia de nuestras conexiones cósmicas, asegurando que la comprensión de la humanidad sobre su lugar en el universo no se pierda ni se olvide. Al preservar este conocimiento, la Tradición también ha permitido el desarrollo continuo de nuestra conciencia colectiva y comprensión del cosmos.

La Tradición reconoce la posibilidad de que antiguas civilizaciones hayan tenido contacto con seres extraterrestres, como los Elohim, y que estas interacciones hayan podido influir en nuestra comprensión del universo y de nosotros mismos. Esta conciencia se ha transmitido a lo largo de las generaciones, manifestándose en diversas formas como mitos, leyendas, textos religiosos y enseñanzas esotéricas. Estas diversas expresiones de la Tradición sirven para mantener y fortalecer la comprensión de nuestros orígenes y conexiones cósmicas.

Además, la Tradición enfatiza la importancia de integrar esta sabiduría ancestral con los últimos avances científicos, tecnológicos y políticos. Al hacerlo, podemos comprender más plenamente las implicaciones de nuestro lugar en el universo y el potencial de exploración interestelar y propagación de vida en todo el cosmos. Esta síntesis de sabiduría antigua y avances modernos permite una comprensión más completa y holística de la experiencia humana, nuestros orígenes cósmicos y nuestro destino último.

La Verdad

La Verdad es otro aspecto fundamental de la hipótesis de Wheel of Heaven, que postula que nuestra comprensión de nuestros orígenes se ha preservado no solo a través de la salvaguardia terrenal conocida como la Tradición, sino también a través de las interacciones continuas de los seres extraterrestres que desempeñaron un papel crucial en nuestra creación.

Estos seres, conocidos como los Dioses Antiguos, los Padres Celestiales, los Viajeros Espaciales o los Que vinieron de los Cielos, se cree que han mantenido una relación proactiva con la humanidad desde nuestra creación sintética. En lugar de simplemente desaparecer después de crear vida en la Tierra, estos seres avanzados han continuado guiando e influyendo en nuestro progreso a lo largo de la historia.

La Verdad enfatiza que la presencia de estos seres extraterrestres no es simplemente una curiosidad histórica, sino una realidad continua que moldea nuestra comprensión de nosotros mismos y nuestro lugar en el cosmos. Sus interacciones continuas con la humanidad nos sirven como un recordatorio de nuestros orígenes cósmicos y resaltan el potencial de futuras colaboraciones a medida que evolucionamos hacia una civilización interestelar.

Este aspecto de la hipótesis sugiere que estos seres han sido fundamentales en la formación del desarrollo humano en diversos campos, como la ciencia, la tecnología, la política y la espiritualidad. Al impartir su conocimiento y sabiduría, han ayudado a avanzar nuestra comprensión del universo y nuestras propias capacidades.

El Ciclo

El Ciclo es otro aspecto fundamental de la hipótesis de Wheel of Heaven, enfocándose en la idea de que la vida inteligente se perpetúa a lo largo de la vasta extensión del espacio interestelar al sembrar vida en nuevos frentes planetarios. Este proceso cósmico de propagación y renovación de la vida está arraigado en nosotros y forma un componente crucial de nuestro destino como especie en evolución.

Según el Ciclo, la procreación interestelar es una característica innata de la vida inteligente, impulsándonos a explorar el universo y expandir nuestra presencia más allá de nuestro planeta natal. Al menos en la Tierra, se cree que este proceso ocurrió de acuerdo con el movimiento secular de Precesión, un fenómeno astronómico que rige el cambio gradual del eje de rotación de la Tierra con el tiempo.

A medida que entramos en la Era de Acuario, una nueva era marcada por la Precesión, el Ciclo sugiere que la humanidad se volverá cada vez más consciente de nuestros orígenes cósmicos y el conocimiento que se ha perdido u oscurecido a lo largo de la historia. Esta renovada conciencia nos guiará hacia una comprensión más profunda de nuestro lugar en el universo y la importancia del ciclo cósmico de vida.

La Era de Acuario se considera un período de transformación que lleva las características de redescubrir nuestra conexión con los seres extraterrestres que crearon vida en la Tierra, así como nuestro impulso inherente de explorar y poblar nuevos mundos. Este despertar permitirá que la humanidad abrace su herencia cósmica y participe activamente en el continuo Ciclo de procreación interestelar.

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